Lo primero que debemos hacer cuando nos enfrentamos a un nuevo trabajo es reunir toda la información relativa a él. Necesitamos saber en que material va ha ser impreso, cuantas tintas pueden utilizarse, y que características especiales hay que tener en cuenta (tintas especiales, barnices, laminados, troquelados, etc.).
Cuando ya hemos rellenado la hoja técnica podemos empezar a optimizar el archivo para su correcta impresión y para ello hay que realizar los siguientes pasos:
 
Originales:
 
Es el momento de revisar el material que nos proporciona el cliente. Este puede venir de diferentes maneras y cada una de ellas tiene su manera de proceder.
 
Originales impresos: Es muy frecuente que el cliente envíe muestras impresas anterior mente. En este caso se han de digitalizar lo mejor posible para poder diferenciar el diseño de los errores de impresión, como el exceso de presión que difumina los bordes impresos o el fallo de registro. 
 
Originales digitalizados: Es también común que te hagan llegar una images digital de la etiqueta en cuestión. Unas veces viene escaneada, pero otras es una fotografía hecha a la etiqueta, lo que reduce mucho la calidad. 
 
Archivos digitales: PDF, Archivos Adobe, Freehand o Artpro suelen ser los mejores formatos para trabajar. Estos vienen vectorizados, con fuentes y elementos editables. Lo único que hay que tener en cuente es que te hagan llegar los elementos enlazados, como son imágenes, tipografías y perfiles de color.  
 
Originales Impresos:
 
A la hora de escanear una imagen tenemos que tener en cuenta la resolución a la que lo hacemos. Dicha resolución es la cantidad de pixels que hay por pulgada (PPI). La formula para calcular la optima reproducción de imágenes debe ser el doble de la lineatura con la que se imprimirá.
 
Post-proceso y Destramado:
 
Cuando escaneas una imagen impresa estas capturando también las tramas que la componen así como los errores de impresión (fallos de registro, excesos de presión, etc.) o las posibles mellas que tenga la etiqueta. 
 
Para corregir una imagen escaneada con trama la mejor opción es utilizar la opción de destramar de el software del escaner. Si no es posible, herramientas de procesado de imagen como Adobe Photoshop son de gran ayuda. 
 
Hay dos opciones posibles: utilizar el filtro Destramar o el Desenfoque Gausiano.
 
Si bien el filtro Destramar está pensado para este cometido los resultados no son muy buenos. Y es preferible usar, en la mayoría de los casos, el Desenfoque Gausiano.
Dibujando una etiqueta existente:
 
En muchas ocasiones lo único que disponemos para trabajar es una etiqueta ya impresa. En ese caso procedemos a escanearla con la mayor resolución posible y la importamos en un programa de dibujo, como puede ser el Adobe Illustrator. Creamos una capa donde colocamos la imagen y en opciones de capa la definimos como plantilla. Luego la bloqueamos y en otra capa empezamos a dibujar. Las herramientas vectoriales no permiten hacer todos los retoques que queramos sobre un trazo, así como trabajar al tamaño que queramos porque son escalables sin pérdida. 
                             
Trapping:
 
El traping, también llamado reventado, es la superposición de tintas colindantes para evitar que con el movimiento de la máquina se produzcan errores de registro. 
 
Lo más común es reventar el color más claro sobre el más oscuro. 
 
El tamaño del trapping dependerá de los diferentes materiales sobre los que se imprima.  A continuación detallamos en una tabla las medidas recomendadas.  
 
Cuando un elemento oscuro está sobre un fondo claro, se amplia el color del fondo, que ‘entra’ en el objeto oscuro. Ese es un reventado positivo (choke trapping). 
 
Cuando un elemento claro está sobre un fondo oscuro, se amplia el color del objeto claro, que ‘rebosa’ hacia el fondo oscuro. Ese es un reventado positivo (spread trapping). 
 
El tamaño del Trapping dependerá del material sobre el que se imprima y de la máquina con la que se haga. En la tabla de más abajo proponemos unas medidas como orientación. Hay que tener en cuenta que cada trabajo es único y por lo tanto deberá considerarse de manera especial. Así que tomadlo como referencia y no como dogma. 
 
Papel Couché     
0,17 mm
0,0067″
Papel PVC
0,17 mm
0,0067″
PVC / PET
0,2 mm
0,0078″
Films
0,3 mm
0,0118″
 
Texto:
 
A la hora de imprimir textos, estos también necesitan cumplir unas reglas básicas. Empezando por que todo texto debería imprimirse en un solo color directo, ya que si no registrarlo puede ser sumamente complicado. 
 
El tamaño mínimo imprimible de los textos varía con cada máquina impresora, con los anilox utilizados, el material soporte, el adhesivo doble cara, etc. 
 
Normalmente las tipografías se miden en puntos. Hay que tener en cuenta que los textos legales tienen que tener una altura mínima que hay que respetar. Se debe consultar cada reglamento para conocer cuales son las especificaciones y no realizar un  diseño equivocado. 
 
1 punto = 0,35 mm / 0,0138″
 
Serifa y sin serifa. Hay una diferencia importante entre los textos con serifa y sin serifa. Los primeros, llevan una ornamentación en la terminación de las letras para facilitar la lectura.  Por este motivo se suelen utilizar en libros, revistas y periódicos. 
 
A la hora de imprimir, la sans-serif puede llegar a tamaños menores, ya que las ornamentaciones de la serifa se pierden y emborronan las letras.
 
Es recomendable hacer los anteriores test en máquina para saber realmente las capacidades impresores de la prensa en condiciones reales. Junto con estos test hay que realizar otras pruebas, como son las de lineatura, que veremos ampliamente en el capítulo sobre los fingerprints.